Para algunos adolescentes la psoriasis representa un
duro golpe a su autoestima. La psoriasis puede resultar especialmente difícil al principio de la adolescencia, que es un período de cambios físicos y psicológicos en que la inseguridad emocional alcanza cotas máximas.
Atrapados entre el deseo de independizarse y el temor al abandono, los adolescentes experimentan la menor imperfección física como un menoscabo de su autoestima.
Los adolescentes también experimentan las primeras escaramuzas emocionales y relaciones sexuales, con las alegrías y decepciones que las acompañan. A veces existe una gran tentación de evitar situaciones que provoquen
ansiedad (como ir a la piscina o a fiestas) ante el miedo a no ser considerado atractivo y experimentar el rechazo. Es frecuente que los adolescentes utilicen la psoriasis como una excusa para no relacionarse con otros y para aislarse.
No siempre es evidente que el adolescente sufra de una depresión. La depresión puede manifestarse en huidas de casa, fallo escolar y abuso de sustancias como el tabaco, el alcohol o las drogas. Los padres deben estar dispuestos a esusdhar sin
mostrarse sobreprotectores.
El dermatólogo puede proponerles un tratamiento de psicoterapia a aquellos adolescentes que experimenten problemas psicológicos para que no pierdan la esperanza y para que gocen de una mayor calidad de vida.
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